Existen territorios pesqueros como Galicia, en los que muchos pescadores culpan a estos animales de romper el aparejo, disminuir la pesca al empujar los bancos de peces mar afuera o porque simplemente se comen los peces, llegando a casos extremos como portar armas de fuego en las embarcaciones para mantenerlos a raya.
Sin embargo en otros lugares como Laguna, estado de Santa Catarina en el sur de Brasil, existe un vínculo de cooperación de más de 200 años entre algunas comunidades de delfines de nariz de botella y los pescadores del lugar.
En la costa atlántica en la laguna de San Antonio tiene lugar todos los días del año durante las horas de luz, excepto los días de mal tiempo y los meses de invierno julio y agosto, esta peculiar colaboración entre ser humano y delfín.