“Cuán inadecuado es llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano”

Frase atribuida a Arthur C. Clarke.

martes, 21 de mayo de 2013

La piratería en Somalia: "mi pirata".

Las aguas del cuerno de África son uno de los puntos calientes de la piratería moderna.  La búsqueda del beneficio económico sigue siendo un elemento clave, pero hay más.

La piratería puede considerarse uno de los delitos más antiguos de la historia. Desde que existe la navegación y el comercio marítimo,
alguien ha querido, siempre, apoderarse ilegitimamente de bienes ajenos por la fuerza en busca de un beneficio personal. Muchas han sido las regiones y países de grandes marinos y piratas, Francia, China, España, Inglaterra o los Países Nórdicos con sus Vikingos, son algunos ejemplos. La percepción que cada persona tiene de estos personajes seguramente variaría según la cubierta en la que se encontrase. Por ejemplo, mientras que el inglés Francis Drake es considerado por muchos países, especialmente España, un corsario, lo que hoy en día sería un "pirata freelance", en su país posee un estatus de héroe de guerra, fue nombrado "Sir" y era llamado por la reina Isabel I, de la cual era amante, "mi pirata" (dejo a vuestra elección la entonación de estas últimas palabras).

Lejos queda la imagen clásica del pirata interpretada por Errol Flynn, o para los de más corta edad, Johnny Deep encarnando al  excéntrico Jack Sparrow. La piratería fue una actividad que prácticamente desapareció de los mares del mundo a partir de principios del s. XX, las guerras mundiales dificultaron su continuación en el tiempo. 

Tal fue su olvido que, en países como el nuestro, la definición de este delito desapareció del código penal. Sin embargo, a finales de los años 90, la piratería reapareció.

Mapa piratería moderna
Aunque en las aguas del Caribe, cuna del pirata "romántico" y su botella de ron,  resurge también la piratería, basada en el tráfico de drogas y el secuestro de yates de lujo, uno de los puntos calientes hoy en día se encuentra en las aguas del Índico que bañan el cuerno de África, especialmente en las costas de Somalia.

domingo, 5 de mayo de 2013

Dionisio y el pasado oculto de los delfines

Siempre me gustó la mitología, especialmente la clásica, esa forma de tratar de explicar lo desconocido a través de las desdichas o buenaventuras de Dioses y Héroes de maravillosos poderes. Estos fantásticos seres del pasado solían ser caprichosos y vanidosos. Les gustaba hacerse notar entre los mortales, y tanto podían utilizar sus habilidades para satisfacer sus deseos más mundanos, como para castigar a cualquiera que faltase a su honor, ya fuera queriendo o sin querer. Supongo que al no existir en aquellos tiempos la televisión, y siendo la capacidad de lectura una habilidad poco extendida, debían crear historias que, a la par de instructivas, amenizaran al personal. "Es como el salsa rosa, se lían todos con todos", definía con acierto un profesor de cultura clásica que tuve.


Dionisio, para los griegos, fue un Dios engendrado en una de las muchas  incursiones amorosas del todopoderoso Zeus entre las mortales, concretamente con una princesa Tebana llamada Sémele. Tras la infedelidad , Hera, la parienta del Zeus, y que acababa siempre descubriendo las infidelidades de su esposo, actuó como de costumbre yendo a castigar a la parte más débil. Ganándose la confianza de la princesa le hizo dudar de la verdadera divinidad del padre. Buscando apaciguar su dudas, Seléna pidió a Zeus que se mostrase ante ella en su verdadera forma. Pese a que el Dios se negó en un primer momento, la princesa insistió tanto, que este se apareció portando los rayos que le caracterizan. Tan mala suerte tuvo la pobre que uno de estos la alcanzó carbonizándola. Una lástima para la incrédula Sémele el no conocer el que siglos después sería el prolífico y sabio refranero español con frases como; "la curiosidad mató al gato", aunque seguramente el ejemplo de Pandora le quedase más a mano.