“Cuán inadecuado es llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano”

Frase atribuida a Arthur C. Clarke.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Monte Pindo: La vida se hace paso.

Voluntarios de toda Galicia ayudan a recuperar el monte Pindo dos meses después del gran incendio. Poco a poco brota de nuevo la vida.

El manual del pirómano


No llegó a tres días de incendio el que se llevó por delante la fauna y flora del Monte Pindo, hogar de los Dioses de antaño, de Lupa y lugar de paso de los discípulos del Apóstol. Se quemaron 2.200 ha ,prácticamente toda su superficie, dejando estampas dantescas de lo que creyentes y ateos denominaron "o inferno".
Ladera del Xallas Foto: elmundo.es

Un poco de paja seca, una mecha y un mechero. Armas homicidas si se aplican en el momento y lugar adecuado. Y así fue, con conocimiento de causa, tras un verano seco y un atardecer en el que empezaba a levantar el viento una mente perturbada subió a la falda del Olimpo Celta y desencadenó lo que todos conocemos.


Algunos pensábamos que nos habíamos librado este año, " case mediados de setembro... malo será". Pero en esta ocasión la formula mágica no funcionó y la estratégia impidió actuar a los medios aéreos.

El poder del Pindo. 

 

Mucho se perdió que (nunca) será recuperado. Me cuesta usar la palabra entre paréntesis, ya que indica perpetuidad y significa que solo podré volver a aquel monte que conocí en mis recuerdos.
Siendo positivos, y no queda otra, el monte terminará recuperándose. Recuperarse no significa volver a la condición previa. Que se lo pregunten a un deportista que tras una grave lesión quizá no vuelve a ser el mismo, los jóvenes suelen ser más duros que los entrados en años.

Se podría decir que al Monte le ocurre lo contrario que a las personas. Un bosque más viejo, más profundo, más húmedo es un bosque más fuerte y con más capacidad de regeneración. Pero el Pindo es un monte que ha ido recibiendo achaques a lo largo de los últimos 25 años en forma de plasma anaranjado que ha ido allanando el camino a un virus endémico de Galicia llamado eucalipto. Poco a poco este se ha ido adueñando de las laderas del Monte. La segunda lesión siempre es más difícil de curar que la primera. Y así suele ocurrir sucesivamente.

Pero esta masa granítica desprende un poder especial, se nota con solo palpar el calor de sus piedras, a las que la gente del lugar dio poderes de curación hasta bien hace poco. Recogía el padre Sarmiento que en el Pindo "crecía la yerba de la noche para la mañana", y así parece ser. Pocos días después del incendio se podían empezar a percibir pequeños brotes verdes (estos de verdad, no ficticios), alguna mariposa se cruzaba dando color al monte, y debías tener cuidado de no pisar un liscancer que cruzaba en ese momento por el camino. El Monte nunca se para.

Monte Pindo
Escorrentía. Foto: @Ribeiranproxect
Las temidas lluvias y su efecto sobre la desnudez de las laderas tuvieron y tendrán su impacto negativo. La tierra, empujada por el agua, abandona las zonas más altas haciendo cada vez más difícil la fijación de cobertura vegetal, baja por la falda de la montaña, donde mucha se acumula ,pero también llega a las playas, tiñéndolas de tristeza, una tristeza que no permite respirar a los bivalvos que habitan en la línea de marea, y contagia a la población local que ve como la desnudez del Monte afecta a sus bolsillos.

El trabajo de los voluntarios.


Foto: @Ribeiranproxect
Desde hace tres semanas voluntarios de toda galicia, y españa, han acudido al Monte como quien visita a un enfermo, pero en vez de llevarle bombones o un libro le regalan su esfuerzo y cariño. La semana pasada tuve la suerte de trabajar cuatro días respirando y compartiendo el Monte. Arrojamos paja en las laderas donde los técnicos creen que existe mayor riesgo de degradación de la tierra tratando de impedir que esta acabe en la costa. La paja actúa como un paraguas, amortiguando el aguacero y minimizando la erosión, también sirve como posterior abono.

Monte Pindo paja
Foto: @Robeiranproxect
Algunos pensarán que esta es un acción inútil, que los medios son escasos y que apenas se proteje terreno. Lo sabemos. Cada "capacho" de paja que cada uno extiende cubre una extensión de 5 a 10 m2. Mientras mantenemos la mirada en el suelo, tratando de pisar sobre nuestros pasos para minimizar el impacto, vamos viendo el avance de nuestra actuación. Llega a haber una competencia sana respecto a otros grupos. "Los de la semana pasada cubrieron 1ha y media, nosotros tenemos que cubrir 2 o 3", y se hace. Pero cuando el sudor te pide quitarte las gafas de protección y secarte la frente con la manga, alzas la vista y ves la desnudez del coloso que no será posible cubrir, 2.200 ha. "O Pedrejal", mas pedregal que nunca. Pero vuelves a bajar la cabeza y sigues tirando paja porque sabes que eso es mejor que nada y que el Monte lo agradecerá.

Mientras, cada vez ves mas mariposas, el monte esta lleno de abejas que son atraídas por los chalecos reflectantes, ranas en los charcos, pequeñas flores, la supervivencia de "carballo" enano, cada vez hay más hierba, verde fosforito en contraste con un fondo negro. También los eucaliptos comienzan a brotar desde la base de sus troncos. Incluso ves la pisada de un ciervo en el lateral de un camino. La vida sigue. Primero serán las herbáceas las que preparan el terreno para la vegetación arbustiva, tojos y "xestas", y estos preparan el terreno para que los árboles puedan sostenerse en la cada vez menor cantidad de tierra existente. Será un proceso largo, pero que ya ha empezado. Solo queda tratar de facilitar este proceso en la medida de lo posible.
Monte Pindo
Foto: @Ribeiranproxect

Lo único que nos queda es aprender, seguir aprendiendo de lo sucedido para tratar que no vuelva a ocurrir, y discutir... no es malo, siempre que se avance.

Por mi parte solo espero que la hierba siga creciendo, y si es de la noche a la mañana, mejor!

No hay comentarios:

Publicar un comentario