“Cuán inadecuado es llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano”

Frase atribuida a Arthur C. Clarke.

jueves, 6 de junio de 2013

Se mueven las aguas de la política pesquera en Europa: La futura Política Pesquera Común

 Prohibición de los descartes y gestión ecosistémica, principales logros en la reforma de la futura Política Pesquera Común que entrará en vigor el próximo año.

En el año 2009, la Comisión Europea en el libro verde sobre la reforma de la Política Pesquera Común (PPC) hablaba de esta manera de lo que debía ser la futura PPC: 


no debe tratarse de otra reforma fragmentaria y gradual, sino de un «maremoto» cuyo alcance afecte a los factores fundamentales que se esconden detrás del círculo vicioso en el que ha permanecido atrapado el sector pesquero europeo en las últimas décadas".

La madrugada del pasado miércoles se sentaban, por fín y tras largos y árduos procesos de negociación, las bases de la nueva PPC que entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2014. No sé si se ha conseguido el ansiado maremoto, algunos opinan que no, y que las medidas acordadas continúan con la complacencia y parsimonia política de antaño respecto a la realidad de los caladeros comunitarios y mundiales. Sin embargo son varias las voces que muestran su contento tras un acuerdo en el que todos cedieron y ,esperemos, muchos ganemos.


Mientras el Parlamento Europeo y su presidencia Irlandesa adquirían una posición altamente conservacionista (a nivel ambiental y de recursos), varios Estados Miembros, como España o Francia, se oponían a muchas de las medidas propuestas y a su ejecución tajante, alegando el mal momento para todos y la amenaza de perdida de empleos. Argumento comodín muy utilizado en la actualidad. Pero la realidad es que 3/4 de los caladeros europeos están sobreexplotados e importamos un 40% del pescado que consumimos.

Para atacar esta situación, el gran caballo de batalla y más conflictivo en las negociaciones, ha sido la prohibición de los descartes.


"Descartes 0".


La flota europea tira al mar un 23% del pescado que captura. Situación insostenible, además de incomprensible, y en la que campañas como la de "Ni un pez por la borda", y otras muchas, han logrado sensibilizar y ejercer presión social ante esta situación. Recordemos también la intervención del director de la Fundación Lonxanet en el Salvados "Con la comida no se juega".

Bajo este nuevo acuerdo se establecerá una eliminación de los descartes progresiva que se llevará a cabo entre 2015 y 2019. Lapso demasiado extenso para unos y un respiro para otros. Durante su implementación los barcos comunitarios deberán llevar a puerto todas sus capturas, sean o no especies comerciales.

Gestión ecosistémica plurianual.


Ante la fallida gestión anual y uniespecie que se venía haciendo, la nueva reforma opta por tratar de gestionar los recursos desde una perspectiva holística y sistémica, en la que se tengan en cuenta las interacciones que se producen entre las distintas especies. Fuertemente vinculado con este punto está la pretensión de dar más peso a las recomendaciones de los científicos, así como la regionalización de la gobernanza, la toma de decisiones de forma cooperativa a nivel regional, en vez que la centralización existente hasta la fecha.

Otros puntos importantes.


A parte de estas dos acciones que podrían considerarse el grueso de la reforma, la nueva PPC continuará con su afán de disminuir la capacidad pesquera, algo que lleva en agenda prácticamente desde hace más de veinte años, tras la entrada de países como España. También, afirman, su apoyo a la pesca artesanal y a las pequeñas embarcaciones como elemento fundamental para la fijación de población en las comunidades rurales, mantenimiento de empleo y distribuidor de riqueza. Esperemos que se rompa con la visión de que no necesariamente menos buques significan una menor presión pesquera. Debate histórico entre la pesca industrial y artesanal, entre otras cuestiones.

La UE reafirma también su apoyo al sector acuícola, como alternativa a cubrir la demanda de pescado en Europa ante la sobreexplotación de los caladeros.  A nivel comercial se tratará de mejorar la trazabilidad de los productos del mar para los que tradicionalmente existe un gran opacidad.

Por último la UE parece empezar a asumir su responsabilidad en el impacto que provoca la flota comunitaria en aguas de terceros países, por lo que se compromete, al menos sobre el papel, a servir de ejemplo para la pesca responsable a los ojos del mundo, algo, que cualquiera que sepa un poco del tema, lo verá, como mínimo con incredulidad.


Esta Reforma ha puesto sobre la mesa, y aprobado, iniciativas más que interesantes, que de aplicarse pueden modificar notablemente el futuro de la política pesquera en Europa. Aunque habrá que ver la eficacia y  contundencia con la que se lleva a cabo, está será lo que realmente probocará un verdadero "maremoto" o que nos quedemos en una simple resaca de verano. 

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